domingo, 10 de enero de 2016

Canciones y domingos.

Recuérdame,
como a esa canción del bar de la esquina, 
cuando sólo importaba el suelto que tenías en el bolsillo para pagar las cervezas.
Con la que te despiertas un domingo por la mañana en la cabeza 
y no paras de tararear mientras te duchas.
Y con la que tienes treinta y ocho bailes distintos con tres copas de más 
y alguna.
No me eches de menos.