viernes, 12 de diciembre de 2014

Diario frío.

Día 1.
Salgo. 
El frío helado recorre todos los rincones de mi cuerpo por debajo de la camiseta, rozando los restos de los besos de ayer. 
Bus.

Día 2.
Salgo.
Vuelve a entrar. 
Hoy el abrigo hace de ti. Mantiene el poco calor que conservo de casa. No quedan restos tuyos por los rincones que recorriste. Te echo de menos. Hoy va a ser un mal día. 
Martes. 
Bus.

Día 3.
Salgo. 
El frío hace que mi cuerpo se encoja.
El viento hace que me duela cuando contacta con mi cara.
El frío hace que mis manos no puedan escribirte.
El viento hace que no pueda respirar porque duele al entrar por mi boca. 
Bus.

Día 4.
Salgo. 
Hace mejor que ayer. Sigues sin estar para darme ese abrazo que tanto necesito cada mañana. 
El bus se adelanta.

Día 5.
Salgo. 
El frío ha vuelto. 
El viento ha vuelto. 
Nubes grises en el cielo. 
La falta de tu abrazo un día más.
Lluvia. Minutos. Nieve.
Bus.

Frío.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Oportunidades.

Cada día, cada hora, cada segundo, cada momento, cada pensamiento.

Tiene un ángel y un demonio,
las dos caras.

El ángel sale sólo cuando le conviene; la acoge, la enseña, la atrapa.
La otra cara, la mala, solo sale cuando mejor está, en forma de disfraz.

Sabe desde hace mucho valerse por sí misma, pero no puede elegir entre verle
o cambiar de acera.

No se cambia; sonrisa falsa que pide a gritos transformarse en llanto.
Se cambia; estado neutro, blanco, negro.
Sin sentimientos.

No se cambia; soportarle.
Se cambia; soportarse.

Oportunidades.

sábado, 30 de agosto de 2014

Puertas abiertas.

Dicen que la vida es un camino largo y que, cada decisión que tomamos, es un pequeño sendero que añadimos a nuestra caminata.
Yo prefiero verlo de otra forma, lo veo más como un pasillo; blanco por la mañana y oscuro por la noche.
Este pasillo, está lleno de puertas.
Cada vez que nos sale una oportunidad nueva, una puerta se desbloquea y te da la opción de abrirla o dejarla cerrada para esperar algo mejor.
Por muy bonita que sea y por mucho que te inciten a abrir esa puerta, la decisión es tuya.
Algunas veces abrimos puertas a problemas en vez de a cosas que nos hacen avanzar, esas puertas, pesan más y no tienes fuerzas para cerrarlas. Es entonces cuando una puerta se queda abierta, cuando no consigues pasar ese obstáculo, pero sigues adelante como puedes.
Cuando sigues y abres más puertas, más posibilidades tienes de encontrar la forma de cerrar las que te has dejado abiertas por el camino por no poder más.
Muchas veces, a lo largo de ese pasillo, te puedes encontrar con gente que te puede ayudar a empujar puertas o a tomar la decisión correcta si tienes dudas por abrir o no una de ellas.
Las puertas cerradas a decisiones tomadas, son un punto más que añades a tu felicidad.
No es más feliz el que más puertas tiene cerradas, lo es quién luchando y con esfuerzo ha conseguido cerrar las que más pesaban.




No dejes que nadie te esconda la llave de una puerta a una gran oportunidad ni que nadie ponga el pie y te impida cerrar una que tiene dentro un gran problema.