Cada día, cada hora, cada segundo, cada momento, cada pensamiento.
Tiene un ángel y un demonio,
las dos caras.
El ángel sale sólo cuando le conviene; la acoge, la enseña, la atrapa.
La otra cara, la mala, solo sale cuando mejor está, en forma de disfraz.
Sabe desde hace mucho valerse por sí misma, pero no puede elegir entre verle
o cambiar de acera.
No se cambia; sonrisa falsa que pide a gritos transformarse en llanto.
Se cambia; estado neutro, blanco, negro.
Sin sentimientos.
No se cambia; soportarle.
Se cambia; soportarse.
Oportunidades.